domingo, 11 de noviembre de 2012

11/11/12

Viernes 9:
Otro despertar perezoso, alargo el levantarme como unos cuarenta minutos. Luego me arrepentiré, cuando tenga que ir al estudio y todavia este haciendo cualquier cosa, y es que tiempo no sobra. Es una lastima que nos impongamos unos horarios, si, ya se que es por organización, pero...¿organización de quien? Lo ideal, seria que cada uno pudiera ir y venir a su antojo. Lo de formalizar el tiempo en horas, minutos y segundos esta bien, pero no soporto sentirme esclavo de este. Adoro mi trabajo y espero que llegue el día en que tenga total libertad horaria.

Así que salgo escopeteado dirección al Iron Monkey, donde ya me espera mi cliente, y eso que he conseguido llegar diez minutos antes del horario de apertura. Veis, al final hacemos lo que nos da la gana con el tiempo. Mientras me pongo de acuerdo le hago el diseño y me da el visto bueno, empiezo a tatuarlo una hora más tarde de lo acordado. Disfruto el hecho de trabajar los diseños al instante. Muestro que es parte del trabajo y me permite ir más directo al gusto del cliente que sabe esperar pacientemente, importante. Este me había traído una foto de un tatuaje, una calavera en estilo realista mezclada con un tribal, además un simbolo raro, que luego explica no se que de un demónio, que quiere introducirlo de alguna manera. Me da permiso para hacerlo a mi bola y el resultado le satisface. Hablando con él, bueno vale, sólo le he hecho dos preguntas, como se llama, que ya no me acuerdo, y donde vive, que tampoco he sido capaz de absorver el vocablo. Lo que si que he entendido, es que no estaba al lado de Darmstadt, sino que esta a una hora y media, y que ha venido porque los amigos se lo habían recomendado. Me caen bien sus amigos.


Al acabar ya me espera mi siguiente customer, una mujer que quiere dos mariposas con snorkels adornándolas mmmm... no me voy a alargar mucho.


Después de esta he empezado a tramitar mi primera compra de material, siendo todo una odisea, a dia de hoy todavía estoy en tramites. Adelantamos el cierre media hora y me dirijo directo para casa.

Esperando que llegue la hora de ir a buscar a Laia al aeropuerto saco tiempo para esbozar estas lineas, que hasta hoy no os he podido remitir. Finalmente me decido a ir a buscarla aunque no sea la hora y tenga que esperar, pero necesito moverme.

Ir y volver, ya estamos en casa y el cansancio nos vence.

Sábado 10:
Me levanto de nuevo perezoso y con mi buen humor característico (ironia). La hora y media antes de tener que entrar a trabajar, la pasamos visitando tiendas en busca de la chaqueta, y como caída del cielo encuentro una que había visto por internet que me gustaba en una tienda que no había entrado nunca, pero Laia ha decidido que todavía era pronto y nos lo podíamos permitir, gracias guapa. De todas maneras, tenia decidido subir a Frankfurt por la tarde ya que hay más variedad, así que me he ido a trabajar sin chaqueta nueva.

El trabajo ha estado animado, he hecho tres tatuajes. Un colibri a una Fräulein la cual ha traído su dibujo, hablando con ella la he convencido de que me dejara hacerle otro diseño. Ha quedado contentísima, y más al verlo grabado en su piel.


Los otros dos han sido ridículos, una estrella pequeña en el interior del biceps a otra Fräulein que ha aparecido sin previa cita. Y el otro una frase que ahora mismo no recuerdo, que iba desde el hueso de la cadera hasta el pubis, era su primer tattoo y no sabía donde se metia, se ha movido lo suficiente para ponerme nervioso. Eso y que tenia el tiempo justo para salir corriendo, llegar a la estación y coger el tren que nos llevaría a Frankfurt.

Lo hemos logrado, y después de media hora de trayecto nos hemos plantado en el centro de este, abarrotado de gente. Nos ha recordado a el Portal del Àngel. De nuevo buceando en el mar de gente, vamos y venimos sin ton ni son, pero nos dejamos llevar por la marea que nos lleva a encontrar las chaquetas que nos abrigaran en el frío invierno germano. Acabamos esperando la hora de regreso tomando una cerveza en un bar junto a la estación. La vuelta se hace más amena y en seguida estamos de nuevo en Darmstadt, donde nos dirigimos directos a casa donde visualizamos una película que ha Laia le sirve de somnífero.

Domingo 11:
Hoy decidimos ir a visitar distintas posibilidades de aparta-hoteles, y estos o están completos, o no tienen oficina donde nos podamos dirigir y tenemos que hacerlo via mail. Regresamos a casa donde la búsqueda se reduce a la pantalla del ordenador. Salimos a dar una vuelta antes de comer para airearnos, comemos un hummus delicioso que acompañamos con sus weissbier correspondientes en el Café Caos, 100% recomendable. De vuelta a casa, seguimos con la ya pesada búsqueda de apartamento, conseguimos algún contacto. Después os escribo estas lineas mientras Laia no para de hacer el asno con el Ipad justo a mi lado, como la he echado de menos. Ahora nos vamos a dar otra vuelta para respirar el aire fresco que nos inundara los pulmones.

Hasta el proximo post.

No hay comentarios:

Publicar un comentario