19/10/12

Amanece y el sol vuelve a despuntar en el horizonte. Ayer no pude salir a correr, a cambio hoy he decidido que, aparte de los ejercicios de calentamiento, salir a recorrer la senda que descubrí. Con todo y esto he optado por subir un nivel más y llegar al siguiente puente. Para dos dias que me quedan en el convento...

Nada más adentrarme en el parque me percato que el otoño empieza a teñirlo todo de colores cálidos en contraste a las frias temperaturas que se avecinan ¿capricho de la naturaleza? La iglesia que me alerta con sus campanadas del tiempo en mis horas de insomnio, sigue plantada al lado de la casita azul con vistas al río. Estas edificaciones se rodean por un manto de hojas amarillas, rojas y marrones que crujen a cada trote. Todo el trayecto esta salpicado por estos charcos ocres.

La meta de hoy esta construida unicamente por un exoesqueleto metálico, hasta el suelo es de rejilla, por donde puedes ver a traves de ella las aguas turbias del rio verde, su apariencia es humilde y desnutrida en comparación con el primer puente, construido además con madera y cubierto por un tejado del mismo material. La apariencia de este es más solido y transmite más confianza, pero no me priva en mi empeño por cruzar por el siguiente mas endeble.

Las vacas lanudas se han multiplicado y saludan con mugidos al acercarme. Una me mira desafiante al acercarme a la mas joven, esta a dos dedos de la valla comiendo placidamente tallos frescos de hierva. No puedo evitar acercarme para plasmar la imagen, pero la mirada perseverante de la otra me azora. Vacilo si es desafio o celos por salir en la fotografía. Ante la duda le concedo el privilegio, pero me azota la desconfianza de si posa o me advierte de que no de un paso más. Solo nos separa un alambre no más grueso que una mina de lápiz, estoy seguro de que por mucho que este electrificado, no amedrentaría una embestida.

Sigo corriendo y un barco pirata emerge entre un mar de arboles en que las hojas se disputan los colores. Demasiado pronto para que algún pirata ronde la cubierta, ¿o demasiado frio? puede que esten en las bodegas donde se calentaran a base de ron. Lo rodeo como un tiburón en busca de carnaza, reaparezco en mi reloj resonante, justo en frente de la casita celeste. Me dirijo ha mi cubículo dispuesto a desayunar y esperar pacientemente que Arturo me avise para poder ducharme.

El dia transcurre cálidamente tranquilo, los autócton@s son atrevid@s y son capaces de lucir sus modelos estivales de nuevo. Una pareja de chicas deciden gratificarme al honrar a sus padres con una frase. Así obtengo mi labor del dia.

La comunicación es la base de cualquier relación. La falta de comunicación pueden denotar falta de interes o de educación. La primera se puede justificar, pero según el caso transmutara a la segunda.

Gracias Giova por todo, por estos momentos de reflexión en tan grata compañía. Sinceramente agradezco mucho tu savoire faire.

Desde mi cubículo os deseo guten nach, hasta el proximo post.