jueves, 18 de octubre de 2012

18/10/12

Ayer me despedí del día sobre las once, pero parece mentira que cuando más te obsesionas en cumplir un objetivo, en este caso dormirme pronto, más difícil es lograrlo. La una y media, fueron las últimas campanadas que recuerdo antes de conseguir mi fin. Puede que si hubiera sintonizado la radio y sonara Try to sleep de Low, me habría ayudado a conciliar el sueño.

Amanece y llevo unos treinta minutos de pie. Mientras el sol despunta y va encogiendo las sombras de forma cálida y calculada, según marca su calendário. Voy abriendo el estudio con la seguridad del veterano, enciendo luces, organizo los bocetos y ultimo detalles en la cabina. Con puntualidad Alemana, el cliente, a las ocho de la mañana en manga corta y con una bebida energética, se fuma un cigarrillo en la puerta a la espera de que le dé el visto bueno para pasar. En vez de parecer que venga a tatuarse, aparenta más un descarriado de la noche que regresa de fiesta. Nada más lejos de la realidad, espero. Con precision cual cirujano, me pongo manos a la obra. Finalizo media hora antes de abrir al público y el cliente marcha contento, ahora podrá lucir la pierna sin el nombre de su antigua pareja ¿asiática? Me pide que le haga una foto con su handy para poder mandarsela a su novia actual, deduzco que una ferviente religiosa. Espero con impaciencia el siguiente turno a las 15:30.



Justo después de comer, el sueño y la fresca se apodera de mi,  "tot bon catalanet, despres de dinar te fred". Así que al finalizar con mi segundo cliente, me apeo del entusiasmo un tanto alocado que se oye en el estudio, Sergio esta de muy buen humor y pone Umberto Tozzi entre otros a todo volumen. Desde las escaleras de la entrada aprovecho el buen tiempo, la sudadera me estorba y puedo lucir mi típica camisa de franela mientras sonrío a la gente que pasea por la calle alegremente todavía oyendo la banda sonora del interior.

El tiempo pasa y el cansancio me asalta con más ímpetu. Finalmente decido cobijarme en mi cubículo sobre amueblado para poder descansar, actualizar facebook, el blog, etc.



Esta era la pinta que hacía cuando lo ordene nada más llegar. Ahora, con mi nuevo (des)orden, ropa colgada de las sillas, la parte superior de la nevera se ha convertido en la despensa, el diván de estilo victoriano, del cual estaba contentísimo por tener un lugar distinto donde aposentarme, aparte de la cama, ha acabado siendo el cesto de la ropa sucia, apenas aposento las posaderas para comer en un taburete que me hace de mesa. Pero me siento airoso, he conseguido hacerme con aire, he logrado que la atmosfera huela a mi.

Así que de nuevo, desde MI cubículo me despido de vosotros totalmente exhausto. Y es que la falta de sueño me vence. Hasta el proximo post.

2 comentarios:

  1. ¡Que grande la idea de hacer un blog con tus vivencias! Me encanta!! Me parto y sonrio, mola leerte e imaginarte como saludas a la peñita con tu camisa de franela!! JAJAJAJA... Yuuuuujuuuu!!!!! Fotos del cubículo!!!! jajajaja!!! El diván es brutaaaal!!!! jajaja Perfecto para un tatuaje casero... de esos que me molan a mi!!! ;-) jejeje!!! Bravo, se te ve feliz!! Muuuuaks!

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  2. vieln dank!!jajaja me alegro de que t guste, parece que gusta. Para mi es divertido retomar la escritura para poder informar de mi situación, como ya te dije, escribo un tanto desordenado, e intento darle un toque literario para hacerlo mas ameno ;) bsos

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