lunes, 22 de octubre de 2012

22/10/11

Amanece y no me percato de que el sol baña Darmstadt hasta que la alarma del handy me abstrae del dulce sueño. Maldigo porque a mi parecer aún es de noche, y es que, el antifaz que uso cumple muy bien su función. Aqui, parece poco común el tener persianas, supongo que la gente se levanta con los primeros rayos del sol.

No tengo mucho tiempo, hoy es mi primer dia en mi nuevo trabajo, el Iron Monkey Tattoo, y tengo que reorganizar las maletas, donde comparten espacio la ropa, algunos libros y objetos, que me ha sido imposible deshacerme de ellos y el material que utilizo para trabajar. Así que decido dejar los ejercicios para otro día. Decidido a desayunar, me percato de que no tengo desayuno, no me queda otra que bajar a comprar. Me calzo el chandal y me lanzo escaleras abajo, con la inercia de estas salgo corriendo y le doy una vuelta a un par de manzanas antes de entrar en el supermercado. Hago una pequeña compra y subo de nuevo al apartamento donde estoy cobijado. Sintiéndome despejado y enérgico enlazo el ascenso con los ejercicios, desayuno, me ducho y ahora si, reorganizo la maleta triando el equipo que necesito. Todo esto me a llevado directo a quince minutos antes de la obertura del estudio, llego tarde el primer día, mierda.

Cargado con dos cajas y la Txona-mochila salvo la distancia que me separa del estudio en apenas unos minutos. Llego y mi primer cliente tiene que esperar media hora a que pueda distribuir mi lugar de operaciones. Sólo tengo un rato de descanso al medio dia, hasta que aparece una espontánea para tatuarse dos números que realizo a freehand. Tengo cuarenta minutos antes de mi próximo apointment. Un brazo entero de bio-mecánico, este también lo realizo a freehand, y es que voy lanzado. Logicamente hoy nada más le haré una sesión de dos horas y media, justo para finalizar mi jornada. No esta nada mal como primer día ¿no?











Regreso hacia casa mas feliz que una perdiz. En ella esta Garci regado por una luz de color verde que acaba de instalar en su habitación, es orrenda, pero lo mejor de todo, me dice, es esto, mientras rueda una un mando que ha pegado a la pared, la luz cambia a azul, rojo... Esta contentísimo con su nueva y ya instalada adquisición. Lo induzco para ir a compra algún menester. A la vuelta me ayuda con la búsqueda de apartamento, muchas gracias Marc. Finalmente la fuerza que ejerce la consola sobre él es muy alta y acaba abducido por esta, momento que aprovecho para escribir estas lineas que os canalizo.

Y por hoy finiquito esta cuatro lineas, me despido de vosotr@s, hasta el proximo post.

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